Riego

Riego desde Arriba

Para implementar esta técnica tenemos que verter directamente el agua sobre el sustrato, utilizando una herramienta adecuada como una regadera con el cuello estrecho. En este caso será un buen consejo tratar de poner particular atención en la operación para evitar que el agua pueda caer directamente sobre las hojas, ya que las dañaría

Riego por Debajo

En este otro caso la acción a realizar será el contrario de la recién mencionada, consistiendo en llenar de agua el platillo debajo de la maceta. De esa forma dejaremos que nuestra planta pueda absorber, a través de los agujeros de drenaje, la cantidad necesaria en los momentos necesarios. Más tarde, tras haber cuidadosamente controlando el estado del sustrato, procederemos a la eliminación de los residuos hídricos innecesarios que podrían dañar la planta.

Riego por inmersión

Para utilizar ese método para el riego de plantas de interior deberíamos colocar el tiesto directamente dentro de un recipiente lleno de agua. Tras un rato corto (10- 15 minutos) quitaremos el tiesto del agua. La operación siguiente será la de dejar escurrir la planta, para eliminar el exceso de agua. Se trata del mejor método para aquellas plantas colocadas en macetas o en tiestos pequeños, siendo también una especie de remedio para recuperar una planta que sufrió una excesiva exposición al calor sin suministro de agua, que inevitablemente la ha llevado a secarse. Podría parecer por su aspecto que es irrecuperable, pero con este método de riego por inmersión, algunas plantas logran sobrevivir; así que si te encuentras en esta tesitura, siempre prueba este método antes de tomar la última y definitiva decisión. También es la manera más adecuada de regar orquídeas, una planta muy sensible a los cambios de temperatura y al exceso de agua.